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martes, 6 de marzo de 2018

Comentario de texto 10.2.

Se han a cumplido en octubre 75 años del movimiento revolucionario que durante los días transcurridos del 5 al 17 de octubre vivió Asturias peripecias de un auténtica guerra civil.

Hemos indagado en las hemerotecas buscando escritos que nos den conocimientos que nos ayuden a interpretar lo acontecido. Tarea difícil, pues en los días señalados no hubo prensa regional, pero sí hemos encontrados documentos escritos días posteriores que reflejan en parte lo acontecido.

Leamos «Diario el Noroeste». «En Sotrondio: el primer chispazo revolucionario en Asturias». Así empieza una crónica emitida en el «Diario Noroeste» el 23 de octubre de 1934: Nuevamente nos lanzamos por las carreteras de Langreo en busca de noticias sobre los sucesos revolucionarios registrados en los pueblos de aquella cuenca, en algunos de los cuales llegaron a adquirir extraordinaria gravedad.

En la carretera de Sama a Laviana nos encontramos con una columna de fuerzas del Ejército que se desplazaba a Sotrondio y a otros puntos con objeto de prestar servicio de vigilancia. Continuando viaje hacia Laviana llegamos a Sotrondio, importante población de la cuenca minera y punto de concentración que fue de numerosos revolucionarios que afluían de las aldeas cercanas.

Fue en Sotrondio donde se originó el primer chispazo del movimiento revolucionario que tan graves perjuicios acarreó a nuestra provincia. A las dos y media de la madrugada del viernes día 5 y a una señal convenida comenzó la Revolución.

El ataque al cuartel de la Guardia Civil se organizó inmediatamente y a las tres y media en punto de la mañana sonó la descarga contra las fuerzas que defendían el cuartel. Estaban integradas estas fuerzas por nueve guardias al mando de un cabo. Los rebeldes sitiaron el edificio manteniendo un intenso tiroteo que fue enérgicamente repelido por los agentes. De resultas de esta encarnizada batalla resultaron muertos tres guardias y dos revoltosos, además de dos ciudadanos que fueron alcanzados por balas perdidas.

A la una de la tarde los revoltosos tomaron el cuartel, de donde ya habían procurado evadirse cinco guardias junto con el cabo, quedando en el edificio el otro guardia herido con una bandera blanca.

Una vez vencidas las únicas fuerzas que disponía Sotrondio, los revolucionarios nombraron su Comité, que comenzó a actuar inmediatamente en el Ayuntamiento, donde se izó la bandera roja. Una de las primeras medidas fue la de dirigir una invitación a todos los vecinos para que fuesen entregando sus armas, bajo la amenaza de que transcurrido un plazo que se señalaba se adoptarían medidas contra aquellos a quienes fuesen ocupadas armas.
 Se incautaron todos los coches existentes en la población. Dos hospitales fueron instalados, uno en el colegio de las monjas y otro en las Escuelas Nacionales, los servicios de los cuales eran atendidos por médicos y practicantes del pueblo. Al incautarse del edifico donde estaba el colegio de las monjas invitaron a éstas a que vistieran ropas seglares y después acompañadas en grupos eran conducidas las religiosas a domicilios de familiares y amistades, donde las dejaban después de asegurarles que nada les ocurriría.

Uno de los comités que estaban perfectamente organizados era el de abastecimiento de la población, que se efectuaba por medio de vales. Los comerciantes fueron entregando sus mercancías, bajo la estrecha vigilancia de guardias rojos que guardaban el orden en las colas.

Transcurrieron los días en Sotrondio con relativa tranquilidad, no registrándose acto alguno de violencia. De Oviedo llegaron varios camiones cargados con fusiles y municiones que eran distribuidos entre los elementos revoltosos espontáneos que se presentaban en la Casa del Pueblo. Los aviones del Ejército, al igual que en otros pueblos, también evolucionaron sobre Sotrondio, arrojando proclamas invitando a los revoltosos a deponer su actitud. Hasta el lunes día 15 el desarrollo fue pacífico en este pueblo.
 El martes volvieron nuevos grupos revolucionarios a Sotrondio, reorganizándose las tropas rojas y marchando hacia la capital grandes grupos, que los hacían poseídos de gran entusiasmo. Este entusiasmo de los que marchaban al frente se dirigió a la iglesia, causando grandes trastornos. Después de estos actos vandálicos, volvió a renacer en Sotrondio la tranquilidad, prestando servicio de vigilancia en las calles patrullas del Ejército rojo que disolvían todos los grupos. El jueves aparecieron octavillas rogando a los revolucionarios que depusieran su actitud por haber fracasado el movimiento revolucionario

El viernes 19, a las nueve y media de la mañana, llegaron a Sotrondio en camiones fuerzas del Regimiento de Guarnición en Bilbao, quienes se hicieron cargo de todos los servicios principales de la población, quedando restablecida la calma. Los revoltosos huyeron de la población arrojando las armas al río.

1. Clasifique el texto y señale y explique las ideas fundamentales. (Puntuación máxima: 1’25 puntos).
2. Relacione las ideas que aparecen en texto con las siguientes cuestiones (puntuación máxima: 3 puntos):
La Revolución de octubre de 1934.
La caída del gobierno de Alejandro Lerroux.

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