No acababa con el sitio de Barcelona el duque de Populi, (...) admitiendo el perdón que el Rey ofrecía; pero no atento a estas políticas, Juan Orry, gravó cuanto le fue posible con nunca vistos impuestos el Principado, que todo estaba a la obediencia del Rey, menos Cardona. Heridos estaban de duras contribuciones los catalanes; vuelven a las armas, y, sublevada la provincia, no tenía el duque de Populi gente para el sitio, habiendo de destacar tantos partidos; porque en defensa de sus bienes, nunca con mayor fuerza se confirmó en la rebelión Cataluña, aunque caían sobre los míseros sublevados la llama, el cuchillo y el suplicio.
Esta nueva e inútil guerra embarazó mucho y costó no poca sangre; con esto tomaba tiempo Barcelona, previniéndose mejor a la defensa. Hizo nueva confederación con despacho del Emperador el marqués de Rubí, con clara infracción del tratado de Utrech. Se enviaron a Nápoles nuevas levas, y cada día se endurecían más aquellos ánimos, no faltando los continuos socorros de los reinos que en Italia poseía el Emperador.
Por eso acudió el Rey a su abuelo pidiéndole tropas (...).
Determinó el Cristianísimo enviar quince mil hombres con el marqués de Berwick. (...).
A 15 de mayo se levantó trinchera contra la ciudad; batía la artillería al convento de los capuchinos, bien fortificado, y hacía no poco fuego el baluarte de San Pedro; tomóse el convento, y en él cuatrocientos catalanes. Con esto se adelantó la trinchera a la muralla; parte del pueblo se salió a la orilla del mar, y se puso entre la ciudad y Monjuí para salvarse de las bombas. (...).
Al fin, al amanecer del día 11 de septiembre se dio general (orden de ataque). Cincuenta compañías de granaderos empezaron la tremenda obra; por tres partes seguían cuarenta batallones y seiscientos dragones desmontados; los franceses asaltaron al bastión de Levante, que estaba enfrente; los españoles, por los lados de Santa Clara y Puerta Nueva. La defensa fue obstinada y feroz. (...)
No se ha visto en este siglo semejante sitio, más obstinado y cruel. Las mujeres se retiraron a los conventos. Vencida la plebe, la tenían los vencedores arrinconada; no se defendían ya ni pedían cuartel: morían a manos del furor de los franceses.
Anocheció en esto, y cubrió la ciudad de mayor horror; porque, aun durando la pequeña tregua, de las troneras de las casas disparaban sin ser vistos los catalanes.
En este tiempo salió una voz (se ignora de quién) que decía en tono imperioso: Mata y quema. Soltó el ímpetu de su ira el ejército, y manaron las calles sangre, hasta que con indignación lo atajó el duque.
Cuatro mil hombres costó este asalto, con dos mil heridos; tantos murieron de los rebeldes.
Vicente Bacallar y Sanna.
Comentarios de la guerra de España e Historia de su rey Felipe V, el animoso.
1. Resuma con brevedad el contenido del texto. (Puntuación máxima: 0,5 puntos).2. Señale las ideas fundamentales del texto.(Puntuación máxima: 0,5 puntos).
3. Responda a las siguientes cuestiones: La Guerra de Sucesión. La Paz de Utrecht. Los pactos de familia. La nueva Monarquía borbónica. Los decretos de Nueva Planta. Modelo de Estado y alcance de las reformas. Las reformas borbónicas en los virreinatos americanos.
(Puntuación máxima: 3 puntos).