No he hecho otra cosa más que pensar en estas dos últimas semanas; en nuestra sangrienta historia, en todos los errores cometidos.
¿Qué une al
pueblo?
Las huestes,
el oro, las banderas.
No.
Las historias.
No hay nada más poderoso en el mundo que una buena historia. Nadie
puede detenerla. Ningún enemigo puede vencerla.
(…)
Es nuestra
memoria, la custodia de todas nuestras historias. Las guerras, bodas,
nacimientos, masacres, hambrunas, nuestros triunfos y nuestras derrotas.
Nuestro pasado.
¿Qué hay mejor
para conducirnos al futuro?
Tyrion Lannister. Juego de
Tronos T8. Ep.6.
Debo contribuir al honor de mi casa ¿estás de acuerdo?
Pero, ¿Cómo? Bueno, mi hermano tiene su espada y yo tengo mi mente. Una mente necesita libros como una espada una piedra de afilar. Por eso leo tanto, Jon Nieve.
Tyrion Lannister. Juego de
Tronos T1. Ep.2.
Debo
reconocer que hace unos años, cuando se puso de moda la serie “Juego de Tronos”
de HBO, comencé a verla y me pareció una serie sórdida, llena de sexo y
violencia, como carnaza para el público. Recuerdo que cuando contaba en clase
historias de reyes, guerras y asesinatos, algún alumno me dijo:
- Profe. Esto es como Juego de Tronos. ¿No la has visto? …
Ahora que he terminado de ver la serie completa, he confirmado esta alegoría del cinismo y la crueldad humana, como la historia misma, y me quedo con algunos
monólogos de algunos personajes, que son auténticas lecciones de vida.
En cualquier caso, la realidad siempre supera a la ficción.
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