Cuando vuestros heróicos esfuerzos lograron poner término al
cautiverio en que me retuvo la mas inaudita perfidia, todo cuanto ví y
escuché, apenas pisè el suelo patrio, se reunió para persuadirme que la
Nacion deseaba ver resucitada su anterior forma de Gobierno; y esta
persuasion me debiò decidir á conformarme con lo que parecia ser el voto
casi general de un pueblo magnánimo que, triunfador del enemigo
extrangero, temia los males aun mas horribles de la intestina discordia.
(...)
Pero mientras Yo meditaba maduramente con la solicitud propia de
mi paternal corazon las variaciones de nuestro régimen fundamental, que
parecian mas adaptables al caracter nacional y al estado presente de las
diversas porciones de la Monarquía española, así como mas análogas á la
organizacion de los pueblos ilustrados, me habeis hecho entender
vuestro anhelo de que se restableciese aquella Constitucion que entre el
estruendo de armas hostiles fue promulgada en Cádiz el año de 1812, al
propio tiempo que con asombro del mundo combatiais por la libertad de la
patria. He oido vuestros votos, y cual tierno Padre he condescendido á
lo que mis hijos reputan conducente á su felicidad. He jurado esa
Constitucion, por la cual suspirábais, y seré siempre su mas firme
apoyo. Ya he tomado las medidas oportunas para la pronta convocacion de
las Cortes. En ellas, reunido á vuestros Representantes, me gozaré de
concurrir á la grande obra de la prosperidad nacional
Españoles: vuestra gloria es la única que mi corazon ambiciona.
Mi alma no apetece sino veros en torno de mi Trono unidos, pacíficos y
dichosos. Confiad, pues, en vuestro Rey,
que os habla con la efusion sincera que le inspiran las circunstancias
en que os hallais, y el sentimiento íntimo de los altos deberes que le
impuso la Providencia. Vuestra ventura desde hoy en adelante dependerá
en gran parte de vosotros mismos. Guardaos de dejaros seducir por
falaces apariencias de un bien ideal, que frecuentemente impiden
alcanzar el bien efectivo. Evitad la exaltacion de pasiones, que suele
transformar en enemigos á los que solo deben ser hermanos, acordes en
afectos como lo son en religion, idioma y costumbres. Repeled las
pérfidas insinuaciones, halagueñamente disfrazadas, de vuestros emulos.
Marchemos francamente, y yo el primero, por la senda constitucional; y
mostrando á la Europa un modelo de sabiduría, orden y perfecta
moderacion en una crisis que en otras naciones ha sido acompañada de
lágrimas y desgracias, hagamos admirar y reverenciar el nombre Español,
al mismo tiempo que labramos para siglos nuestra felicidad y nuestra
gloria.
Palacio de Madrid 10 de Marzo de 1820.
1. Resuma con brevedad el contenido del texto. (Puntuación máxima: 0’5 puntos).
2. Señale las ideas fundamentales del texto. (Puntuación máxima: 1 punto).
3. Responda a las siguientes cuestiones. (Puntuación máxima: 3 puntos): El sexenio absolutista y el Trienio Liberal.
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