No quiero dejar pasar más tiempo sin comentar algo sobre el conflicto que vive la Educación Pública en la Comunidad de Madrid. Y voy a comentar con conocimiento de los hehos, pues he hecho el horario de trabajo de 60 profesores en mi centro y sé las verdades y mentiras que hay en este tema.
Lo primero que quiero aclarar es el horario de un profesor de secundaria según la Legislación vigente a nivel estatal:
El horario de trabajo tiene 37´5 horas semanales que se reparten en dos tipos de tareas:
1. Trabajos realizados en el Instituto. 27 horas semanales. Se dividen en horas lectivas de docencia directa (clases a alumnos): 18 horas, y horas complementarias: 9 horas (3 Guardias de aula o patio, 1 Biblioteca, 1 Reunión de Departamento y el resto depende del cargo que se tenga, si es Jefe de Departamento, 1 Reunión de Comisión de Coordinación Pedagógica y 3 de dedicación al Departamento (realización de actas, inventario, organización, etc….), si es tutor, 1 Reunión de Tutores y otra de atención a padres. El resto hasta 9 son Actividades complementarias de preparación de actividades y materiales de todo tipo, sean extraescolares o no, pasar faltas de asistencia, fotocopias, etc…
2. Trabajos realizados por la tarde en el Instituto o fuera de él. 10,5 semanales. Aquí se valora la carga de trabajo que supone la asistencia a Claustros, Juntas de Evaluación y otras actividades que se realizan mensual o trimestralmente por las tardes, así como el trabajo que un profesor se lleva a casa (corrección de exámenes, actividades, corrección de cuadernos y trabajos, preparación de clases, exámenes y todo tipo actividades, que aunque no lo parezca lleva bastante tiempo, unas semanas más y otras semanas menos de esas 10´5 horas valoradas.
Esta Ley que regula el trabajo de un profesor admite excepcionalmente que el horario lectivo se aumente hasta un máximo de 21 horas, para cuadrar cupos y horarios de Departamentos, que en ocasiones no salen exactos. Para compensar ese aumento de las horas lectivas, la propia ley establece una reducción de dos horas complementarias por cada hora lectiva de más que se dé por encima de 18, con la siguiente proporción:
18 horas lectivas + 9 complementarias = 27 Periodos de permanencia en el centro.
19 horas lectivas + 7 complementarias + 1 Compensación de horas lectivas = 27 Periodos de permanencia en el centro.
20 horas lectivas + 5 complementarias + 2 Compensación de horas lectivas = 27 Periodos de permanencia en el centro.
21 horas lectivas + 3 complementarias + 3 Compensación de horas lectivas = 27 Periodos de permanencia en el centro.
Siendo la Compensación de horas lectivas una hora de descanso para “compensar el esfuerzo de tener una hora lectiva más”. Esto es lo que dice la Ley, que repito, admite el aumento de las horas lectivas sólo de forma excepcional.
El problema se ha generado cuando en la Comunidad de Madrid, y con el objetivo de reducir el número de profesores de secundaria, han hecho de la excepcionalidad una generalidad, pasando el horario de todo el profesorado de 18 a 20 horas lectivas, generando un caos organizativo en los centros de primera magnitud, pues el aumento de lectivas no supone nada para el profesor, que se reduce en total de 4 complementaras y gana dos horas de descanso. EL CONFLICTO NO ES POR ESO, COMO QUIEREN HACER CREER DESDE EL GOBIERNO DE LA COMUNIDAD DE MADRID.
El problema lo tiene el Equipo Directivo, que ahora no dispone de personal para realizar las actividades complementarias anteriormente descritas, en especial las guardias, que sirven para hacer las suplencias del personal que se pone enfermo y no viene a trabajar un día.
Pero el CONFLICTO TAMPOCO ES POR ESTO.
Examinemos la forma que tiene la legislación educativa de calcular las plantillas de profesores de los Institutos Públicos. Esta Ley dice que cada 18 horas lectivas hay que poner un profesor, excepcionalmente hasta 21 horas, un profesor. Pongamos un ejemplo.
Para un Instituto de 30 grupos a 30 horas semanales el total de lectivas semanales es 30 grupos X 30 horas = 900 horas. A 1 profesor cada 18 horas son 900 dividido entre 18 igual 50 profesores necesarios en el centro. Ahora hagamos el cálculo con las Instrucciones de inicio de curso de la Comunidad de Madrid, que fija el horario lectivo del profesor en 20 horas:
900 horas totales dividido entre 20 por profesor igual 45 profesores. Es decir LA REDUCCIÓN EN LA PLANTILLA DE PROFESORES ES DE 5 PROFESORES.
Este cálculo se ha realizado en todos los más de 300 Institutos públicos de la Comunidad de Madrid, lo que da un total de aproximadamente 3.000 puestos de trabajo de profesor destruidos en esta Comunidad. Y ÉSTE ES EL PROBLEMA. ESTÁN DESTRUYENDO PUESTOS DE TRABAJO EN LA EDUCACIÓN PÚBLICA. Este año habrá 3.000 profesores menos en las aulas de los Institutos madrileños.
Y ESTO ES SÓLO UNA PARTE DEL CONFLICTO, PORQUE LAS OTRAS SON MÁS DOLOROSAS, la forma en que se ha hecho, generando un montón de problemas organizativos, que comentaré si le interesa a alguien, y que estoy viviendo en primera persona.
Lo que más duele son los comentarios despectivos hacia una profesión en la que se trabaja mucho y bien, aunque todo es mejorable desde luego, y las mentiras que se están diciendo, que generan confusión entre las familias, aunque me temo que en la estrategia de la administración es lo que pensaba conseguir. Ahora la Educación Pública tal y como la conocíamos, desprestigiada por unos y otros, tiene los días contados, Y POR ESO ES EL CONFLICTO. Los profesores están luchando por su propia supervivencia, porque el curso que viene serán otros 3.000 profesores menos y así, hasta que quede una Educación Pública asistencial, marginal, masificada y de baja calidad. Y estos son los planes, nunca ocultados, por el gobierno de la Comunidad de Madrid, que apuesta por eliminar lo público y potenciar lo privado.
Comparto tu indignación y tu pesar.
ResponderEliminarPor mi parte, voy a insistir en un aspecto que, aunque lo has mencionado, creo que no con la suficiente persistencia; ya que, lo realmente preocupante, como has dicho, no es tanto lo que ocurre ahora sino sus consecuencias.
Quiero matizar que vosotros sois afectados, me refiero a los trabajadores, en cuanto a condiciones laborales, pero quienes especialmente saldrán perjudicados serán los alumnos, es decir, es un problema que afecta directamente a todos los ciudadanos de la Comunidad de Madrid.
La falta de respeto y la difamación a los docentes de la Educación Pública son tácticas perniciosas para desprestigiar a los responsables de la educación y así argumentar (y justificar) las acciones del gobierno.
También quiero añadir que los recortes del profesorado y del presupuesto no solo afectan a los institutos sino también a otras instituciones de estudios específicos, como los Conservatorios de Música o las Escuelas Oficiales de Idiomas, con lo que aumenta el daño a la enseñanza.
Y bueno, desde aquí, mi absoluto apoyo y agradecimiento a los profesores que, yo sí lo creo, trabajáis tenazmente y con ello colaboráis en el progreso de los individuos y en consecuencia de la sociedad.
Y por último, decirte, Rodrigo, que debemos estar interesados en lo que podéis contar quienes sabéis realmente la magnitud del conflicto, porque de lo contrario estaremos débilmente expuestos a la manipulación que los representantes del poder público hacen a través de los medios informativos. Por lo tanto, espero sigas informándonos a través de esta plataforma.
Un fuerte abrazo.
Seguiremos reivindicando una escuela pública, de calidad, de todos y para todos.
Días de crisis...días de lucha.
Y esta es la interpretación que hace de la ley la propia administración educativa de la Comunidad de Madrid, que es la que ha sido de obligado cumplimiento para todos los centros, porque si tenemos en cuenta la interpretación que hacen los sindicatos, no estaríamos hablando de una Compensación de horas lectivas por cada hora de más sino de dos, con lo que la compensación sería de cuatro horas, con lo que directamente el funcionamiento del centro sería imposible.
ResponderEliminarQuien hace la ley hace la trampa, máxime si los legisladores dejan abiertas varias vías de lectura de sus normas; y sobre todo si, finalmente, los mismos tienen la última palabra.
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