“He recibido de España un gran número de felicitaciones con motivo de mi cumpleaños;
y algunas de compatriotas nuestros residentes en Francia. (...)
Cuantos me han escrito muestran igual convicción de que sólo el restablecimiento de la
monarquía constitucional puede poner término a la opresión; a la incertidumbre y a las
crueles perturbaciones que experimenta España. [...]
Por virtud de la espontánea y
solemne abdicación de mi augusta madre; tan generosa como infortunada; soy único
representante yo del derecho monárquico en España. Arranca éste de una legislación
secular, confirmada por todos los precedentes históricos, y está indudablemente unida a
todas las instituciones representativas, que nunca dejaron de funcionar legalmente
durante los treinta y cinco años transcurridos desde que comenzó el reinado de mi
madre hasta que, niño aún, pisé yo con todos los míos el suelo extranjero.
Huérfana la nación ahora de todo derecho público e indefinidamente privada de sus
libertades, natural es que vuelva los ojos a su acostumbrado derecho constitucional y a
aquellas libres instituciones que ni en 1812 le impidieron defender su independencia ni
acabar en 1840 otra empeñada guerra civil. [...].
Afortunadamente la monarquía hereditaria y constitucional posee en sus principios la
necesaria flexibilidad y cuantas condiciones de acierto hacen falta para que todos los
problemas que traiga su restablecimiento consigo sean resueltos de conformidad con los
votos y la convivencia de la nación.
No hay que esperar que decida yo nada de plano y arbitrariamente; sin cortes no
resolvieron los negocios arduos los príncipes españoles allá en los antiguos tiempos de
la monarquía, y esta justísima regla de conducta no he de olvidarla yo en mi condición
presente, y cuanto todos los españoles están ya habituados a los procedimientos
parlamentarios. Llegado el caso, fácil será que se entiendan y concierten las cuestiones
por resolver un príncipe leal y un pueblo libre.
[...]. Sea la que quiera mi propia suerte ni dejaré de ser buen español ni, como todos
mis antepasados, buen católico, ni, como hombre del siglo, verdaderamente liberal.
Alfonso de Borbón.”
Nork-Town (Sandhurst).
1 de diciembre de 1874.
- Resuma con brevedad el contenido del texto. (Puntuación máxima: 0’5 puntos).
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- Responda a las siguientes cuestiones. (Puntuación máxima: 3 puntos): El final de la I República Española y la Restauración.
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